Lo que te sobra, lo que te falta, lo que te pasa

Imagina que nunca hubieses visto un amanecer. Que no supieses ni lo que es. Imagina que te lo explicasen diciéndote que es el periodo de tiempo que emplea el Sol en atravesar el plano del

horizonte y entrar en nuestro campo visual,  como consecuencia del movimiento de rotación terrestre.

Meh… probablemente no te sonaría a espectáculo arrebatador ni te entrarían unas ganas locas de verlo…y menos aún cuando te dijesen que hay que madrugar. 

Si nunca has oído hablar de las Constelaciones Familiares y lo primero que te decimos es que se trata de una metodología basada en la sistémica hellingeriana y la fenomenología, nos arriesgamos a que tu única reacción sea un bostezo. 

No sería culpa tuya sino nuestra. Palabrejas como "fenomenología" son perfectas para debatir sobre filosofía alemana o arrasar en una partida de Scrabble. Pero en TÀLEM nos gusta mezclar lo intuitivo con lo racional y aspiramos a contaros las cosas de otra forma. 

Para empezar, y con permiso de los puristas, vamos a intentar traducir esos términos tan crípticos a nuestra cotidianeidad. 

Cuando hablamos de "metodología fenomenológica" queremos decir que su objeto de estudio es nuestra conciencia y la manera en la que ésta procesa nuestras experiencias (fenómenos). Por otro lado, "sistémico" nos indica que el método pone su énfasis en las relaciones de unos individuos con otros dentro de un grupo (sistema).

Vale, entonces podemos decir que las Constelaciones Familiares consisten en una terapia que busca y analiza los vínculos, conscientes e inconscientes, que nos unen a otros miembros de nuestra familia. Bien, ahora que tenemos un poco más claro de qué estamos hablando, vayamos a lo que interesa. ¿Para qué sirven?... o mejor dicho:

¿Cómo me pueden ayudar las Constelaciones Familiares?

Una respuesta breve y concisa sería decir que las Constelaciones Familiares nos ayudan a encontrar, y contribuyen a deshacer, los nudos emocionales que escondemos dentro. 

Breve y concisa por no decir pobre. Y sumamente injusta teniendo en cuenta todo lo que dejamos en el tintero. Así que no se hable más, aquí os descubrimos otras puertas que nos abren las Constelaciones Familiares.

A saber:  

• Nos muestran las razones ocultas que nos mueven a actuar y pensar de determinada manera.
• Nos descubren los patrones repetitivos inconscientes que nos impiden avanzar y crecer.
• Contribuyen a desenredar la madeja de emociones y vínculos que nos unen a otras personas.
• Nos permiten observar desde fuera cómo nos afectan los procesos mentales adquiridos en el pasado.
• Nos señalan los vínculos e implicaciones familiares inadecuadas a nuestra salud a todos los niveles.
• Sacan de la sombra todo lo que negamos o excluimos (que suele ser el origen de muchos bloqueos).
• Nos abren los ojos y nos muestran nuestro verdadero lugar en el mundo y respecto a los demás.
• Contribuyen a liberarnos del pasado para que podamos abrazar con ganas el presente y afrontar seguros el futuro.

En definitiva, constelar nos ayuda a descubrir lo que nos sobra, lo que nos falta, lo que nos pasa. Y nos muestra el camino para actuar en consecuencia. Más allá de nuestras circunstancias, se trata de encontrar respuesta a las preguntas más antiguas de la humanidad: quienes somos, de dónde venimos, adónde vamos. 

Esperamos estar arrojando algo de luz sobre lo poco o mucho que sabíais sobre Constelaciones Familiares. Solo nos queda por contaros una última cosa.

¿Cómo se constela? 

Vamos a explicaros este proceso de manera sencilla pero no va a ser ahora (sonido lánguido de trompeta "wuah wuaah wuaaaaah…." ) sino en la segunda parte de este artículo, que podréis leer próximamente. 

Si necesitáis saber más del tema ahora mismo porque se os ha encendido una lucecita por dentro o porque ya no podéis esperar más, en la web de TÀLEM podéis encontrar más información sobre Constelaciones  Familiares y sobre el resto de terapias, actividades y formaciones de la escuela.